lunes, 7 de julio de 2014

LAS CAIMANERAS,

o, parranda de la muchachera...


...los niños llegan a sus casas, se quitan el uniforme del colegio, se colocan un short, franelilla, gomitas y pa` la calle. Igualmente sucede con los adultos. Estos dejan su traje de trabajador y se ponen ropa cómoda para una caimanera...



Por: Guillermo Sáez Álvarez

El Diccionario de VENEZOLANISMOS, escrito por Daniel Castro Puma define la palabra “caimanera” como un encuentro o competición entre amigos en donde las decisiones se toman de mutuo acuerdo. (y parece que se vale de todo y no falta la cajita de cerveza) Sin embargo, y con el debido respeto me permito diferir un poco del amigo Daniel Castro en cuanto al origen. Al sur del extremo más oriental de Cuba se abre la bahía de Guantánamo. El origen del nombre es herencia de los antiguos pobladores indígenas que a la llegada de Colón, fue recibido con frutas y pescado salado en muestras de amistad.  En 1510 llega el conquistador Diego Velásquez. En el interior de la bahía se desarrollan comunidades al municipio Caimanera, siendo el más pequeño del país. El nombre CAIMANERA se debe a la gran cantidad de caimanes existentes en la zona, por lo cual se deduce que el verdadero origen de la palabra “caimanera“ provenga de allí.

Valga esta pequeña introducción para que los jóvenes de hoy comprendan por qué hablamos de “caimaneras” cuando un grupo de muchachos nos reunimos en cualquier lugar para jugar béisbol o fútbol sin ningún motivo específico que no sea la de divertirnos y en ocasiones con la respectiva cajita de cerveza para amenizar la “caimanera”.

Cuando estudié en el antiguo colegio San Ignacio de Caracas (en aquella época era un colegio de clase media) aproximadamente por los años 39-40, cuando el colegio aún se encontraba en la esquina de Jesuitas, tenía un terreno bastante grande en la urbanización El Paraíso bastante cerca del antiguo Hipódromo, y que los curas utilizaban precisamente para jugar fútbol con todo y sotanas- por cierto que eran bastante buenos driblando- . El colegio tenía un equipo llamado Loyola con un arquero a quien llamábamos Triki, y gracias a su habilidad el Loyola ganaba casi todos los campeonatos amateurs jugando con otros equipos de la época, el Unión, el Dos Caminos, y otros que no recuerdo.

Algunas veces, los alumnos jugábamos con los curas, pero en su ausencia, invitábamos a amigos y armábamos tremendas “caimaneras” que algunas veces terminaban a golpes o cachiporrazos, pues no habiendo árbitros tampoco había orden, y cuando hablo de cachiporrazos, hablo en serio, pues las rivalidades traían consigo violencia, y cuando hablo de violencia, recuerdo cuando uno de nosotros llamado Rafael Fernández, se llevó una manopla y acabó con una caimanera, terminando de paso con los más grandes y más guapos que por su tamaño y corpulencia atropellaban a los más pequeños.

Eran aquellos tiempos de la Caracas de los techos rojos que en ocasiones se convertía en la Caracas de las cabezas rotas.

Sin embargo, olvidábamos pronto y a la semana siguiente nos reuníamos de nuevo y armábamos otra caimanera que bien podía ser de béisbol.

ERAN OTROS TIEMPOS…

Por: Guillermo Sáez Álvarez,
6 de julio de 2014.


BÉISBOL CAIMANERA, TORRE VIEJA 

Por: Carlos Ruiz




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