viernes, 18 de julio de 2014

LOS CHICHEROS DE CARACAS,

"chicha", la bebida de la muchachada... y no tanto...


La chicha es una bebida dulce, aunque el término se aplica a aquellas que son fermentadas. En Venezuela hay una chicha fermentada, la Chicha Andina, y es el resultado de una mezcla hecha con panela (papelón) la concha de la piña y arroz...



Por: Guillermo Sáez Álverez

Sobre los chicheros de Caracas he leído algo en versiones de algunos blogueros.

Yo tengo mi propia versión, pero retrocediendo a los años 40-50 cuando aún estaba frente a la Iglesia de Altagracia el hombre que vendía la mejor chicha de Caracas, cuando el vaso nos costaba solo un bolívar. También vendía la ligadita con ajonjolí o el ajonjolí solo. Y si querías le ponía un chorrito de leche condensada.

La chicha blanca, que se prepara con arroz era el mejor refresco de los caraqueños cuando aún no nos habían invadido con las gaseosas y se mantuvo por bastantes años.

Otro chichero que conocí fue el que se estacionaba debajo del reloj de la Universidad Central y tenía una gran clientela.

Vale la pena mencionar a aquel chichero de Santa Rosalia llamado Tomás Rodríguez Sulbaran, entrevistado por Hector Márquez en su blog Personajes de la Via y de la Vida en donde hasta nos da la receta de las chichas blanca y la andina que también vendía.

Con los años fueron apareciendo algunos chicheros por el centro de la ciudad y aquí cabría contar una anécdota, que aunque graciosa, después de saberlo no le compré más la sabrosa bebida aunque tuviera oro por dentro. La anécdota es la siguiente:

Había un chichero por el centro que se ponía de acuerdo con los ladrones arrebatadores de prendas, y estos en su huida tiraban el collar o lo que fuera que hubieran quitado a alguna desprevenida señora dentro de la gran olla de chicha y se perdía entre la multitud. Esto se sabe porque fué agarrado in fraganti y arrestados ladrón y chichero a quien se le prohibió de por vida vender chicha. ( No se sabe si al salir en libertad montó su doble negocio en otra esquina de esa Caracas que así como crecía, también crecía la delincuencia.

Desde que vivo en Margarita estoy un poco desorientado, ya que aquí no he visto chicheros y no sé como andan las cosas por Caracas.

Pero no está demás recordar aquellas cosas de hace seis décadas.

DEL BAUL DE MIS RECUERDOS
Por: Guillermo Sáez Álverez,
Julio 2014



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