domingo, 24 de agosto de 2014

UNA CURIOSA HISTORIA CARAQUEÑA, ,

o la ropa interior de nylon que nació en Antímano...


Las mujeres felices, porque rara vez las medias se corrían o rompían pero los fabricantes no lo estaban tanto porque significaba que no se iban a vender muchas medias...



Versión de Guillermo Sáez Alvarez

Tomado de "Caraqueñerias"
(Cuentos De Dos Décadas y Pico)
de Bendahan, Danie, Editorial:
Fundación Bancaribe, Caracas, 1986

Como asiduo usuario de internet, a veces descubro cosas curiosas. El presente artículo se refiere a una de ellas, y aunque es una versión y no copia textual, menciono la fuente. Recuerdo perfectamente todos los detalles; se trata de cómo nacieron las primeras prendas femeninas de nylon.

El año 1945, los Estados Unidos deciden desmantelar una base en la isla de Trinidad.

En consecuencia, deciden vender a precios de mercado libre todo lo existente en dicha base. Y la gente comenzó a adquirir jeeps, camiones, lanchas para la pesca, gorras, uniformes, botas y paracaídas sin uso.

A todas estas, Don Rosele Lipsb y su esposa, Doña Ribcale, (inmigrantes rusos) y habitantes de Antímano desde 1937, deciden comprar, por su bajo precio, algunos paracaídas de nylon sin uso, compra esta que jamás iban a usar obviamente, y quizás lo hicieron solo por tener un recuerdo.

Don Yosele, hombre curioso, comenzó a pensar qué hacer con esta tela tan suave, tan fina y tan ligera y no se le ocurría nada práctico, hasta que su esposa le dio una idea que entusiasmó a Don Rosele pues parece que estaba dando en clavo: confeccionaría prendas pequeñas de uso femenino y de inmediato pusieron manos a la obra, ya que la señora conocía muy bien el arte de la costura y confección, y fue así como nacieron las primaras pantaletas, sostenes y otras prendas de ese nylon tan especial.

Ya que la palabra nylon era anglosajona, comenzaron a practicar su pronunciación, procurando imitar ese acento.

El negocio tuvo un éxito inmediato, pues las féminas se sentían cómodas con esa tela tan suave, ligera y fina y se vendieron como pan caliente.

Pero lejos estaban de sospechar que esas telas que cubrían sus partes más íntimas, provenían de paracaídas que nunca se usaron durante la guerra; solo sabían que se llamaba nylon.

Por:Guillermo Sáez Alvarez
Versión libre del original.
Porlamar, 20 de agosto de 2014.


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