viernes, 15 de agosto de 2014

NO HAY PEOR CUÑA QUE LA DEL MISMO PALO,

o algo de nosotros mismos...


...la frase se refiere al daño puede ser muy difícil de tolerar, pero cuando ese perjuicio ha sido provocado por alguien cercano o querido, del que tal vez no esperábamos algo así, resulta mucho más doloroso...



Por: Guillermo Sáez Álvarez

Quizás pocos sepan que este es un refrán cubano, y según leí su origen es el siguiente:

Los leñadores  son, en realidad, aquellos que con su esfuerzo y su hacha se dedican a derribar un árbol, pero para facilitar su tarea y evitar fatigarse demasiado inventaron un truco: clavan una cuña en el árbol sacada del mismo, y el árbol cae más rápido.  ¿Curioso, verdad?

Los refranes son producto de la sabiduría popular, de las propias experiencias vividas, y es por eso que no fallan nunca.

Y que me perdonen mis lectores si hablo de mí mismo y mis propias experiencias, y es que más de una vez  lo he comprobado en la vida real.

Que mejor ejemplo que este Blog, que en compañía del buen amigo JotaDobleVe publicamos en las páginas de internet con temas de nuestra propia inspiración o de recuerdos vividos y también de algunos colaboradores que nos envían generosamente sus trabajos, por cierto muy buenos.  Yo diría modestamente que somos afortunados, pues el Blog  ha tenidos más éxito del que esperábamos, lo cual puede comprobarse por las cartas que recibimos de nuestros amables y consecuentes lectores a los cuales les agradecemos infinitamente sus comentarios.

Pero también debo decir, si quiero ser honesto y veraz,  que al menos hasta ahora, los que menos nos leen son nuestros propios familiares (al menos en mi caso), y aquí cabe el conocido refrán de que no hay peor cuña que las del mismo palo.

Seguro que piensan y por eso no nos dan importancia, al menos a mí, que por ser ya bastante mayorcito, ya que soy un bisabuelo y mis neuronas no funcionan como deberían funcionar y lo que escribo no vale la  pena leerlo. Lo que pasa es que no se han molestado o, no sé, pues los viejos muchas veces tenemos más cosas que contar, cosas que están en el baúl de los recuerdos y los jóvenes no conocen.

Hace poco escribí un artículo de cómo era la vida antes de existir la televisión, invento este, que con programas de mal gusto, atrapa a nuestra juventud y solo les da malos ejemplos con su mediocridad -digo yo-.

Mi compañero de blog, diez años menor que yo y con el doble de experiencia en muchos aspectos de la vida, libre de eso que llaman egoísmo, y con varios blogs de gran éxito en su haber, estoy seguro que me dará la razón.

A todos los que nos leen, muchas gracias.

Por: Guillermo Sáez Álvarez,
14 de agosto de 2014.



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