o, películas de los años 60, 70, 80’s
Uno de los entretenimientos del caraqueño de aquellos años era el cine, sin olvidar, por supuesto, la televisión.
Por: Guillermo Sáez Álvarez
Mi esposa y yo, aún jóvenes y con bríos, conocimos casi todos los cines de Caracas de Sabana Grande a La California.
Podría nombrar comenzando por Sabana Grande el Teatro del Este, Acacias, Radio City, Metropol, Río, Broadway, Chacaíto, Lido, La Castellana, Altamira, siendo nuestros favoritos los cines Broadway, Chacaíto y Altamira.
Las mejores películas vistas.
AÑOS 60’s
Lawrence de Arabia, El Planeta de los Simios, 12 del Patíbulo, Los Pájaros
AÑOS 70’s
El Padrino, La Naranja Mecánica, El Exorcista, Alíen, El 8º Pasajero, El Último Tango en Paris, La Guerra de las Galaxias
AÑOS 80,s
Conan el Bárbaro, El Nombre de la Rosa
Esas que yo recuerde, aun cuando vimos muchas más de menos renombre.
Siempre íbamos a la función de las 9 PM y al salir era difícil que nos metiéramos a un restaurant. Nos íbamos, si estábamos cerca a Los ‘Hermanos Álvarez’ o a las ‘3 Esquinas’ a comer arepas. Nuestros acompañantes habituales eran Eddy Farías y Caridad Castejón de Farías
Yo no estaba jubilado todavía. La jubilación me llegó en 1978. Por supuesto, continuamos yendo al cine.
OTROS RECUERDOS
Ya jubilado, me dediqué de lleno a las artes plásticas y viajamos varias veces a Margarita.
Como me sobraba tiempo comencé a trabajar ayudando a un hermano y en marzo de 1979, ya electo Luis Herrera Campins como Presidente, nos contrataron para inventariar el mobiliario que iba a usar el recién nombrado Presidente en la Torre Central, en Altamira, donde se instaló para formar su equipo de gobierno. Parece que les gustó nuestro trabajo y nos dejaron en labores administrativas como Habilitados para el control de gastos.
Estuvimos por un tiempo haciendo auditorías en Teclados de Venezuela, negocio de venta de artefactos electrónicos y equipos de música que iba a ser liquidado. Igual hicimos en ‘La Cortina’, tienda especializada en venta de telas y alfombras. Dichos negocios ya no existen.
Luego de viajar por casi toda Venezuela, contratado por el INOS, junto a otros 5 jubilados, para la búsqueda e inventario de materiales sobrantes abandonados en diferentes sitios, para lo cual teníamos que solicitar la ayuda de baqueanos, ya que la vegetación en algunos casos los había ocultado. En total, recuperamos algo así como 70 millones calculados a los precios de la época (1980)
Posteriormente mi esposa y yo nos vinimos a Margarita, y allí terminé unos vitrales que unos peruanos dejaron inconclusos en casa de una hermana.
Y finalmente nos quedamos viviendo en la isla aunque sin olvidar a la Caracas de los techos rojos, a la que ocasionalmente vamos para visitar aquellos sitios de nuestra juventud, y regresar frustrados porque ya no están. En aquellos lugares que fueron y ya no son, En aquellos espacios transformados por el progreso en una jungla de cemento, miles y miles de carros contaminando el ambiente y el temor de ser asaltados en cualquier esquina.
- Y SIN EMBARGO LA QUIERO -
Guillermo Sáez Álvarez,
junio 2014
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