o, nacer no es un acto, es un proceso...
"El nacimiento y la muerte no son dos estados distintos, sino dos aspectos del mismo estado" - Gandhi-
Por: Guillermo Sáez Álvarez
En estos días vi un documental maravilloso titulado: "Viaje por el interior del cuerpo humano" que me hizo meditar mucho sobre este carapacho al que tratamos tan mal.
En realidad no sabemos nada de nada comenzando por el universo dónde vivimos.
Nuestro cuerpo es un verdadero milagro de la naturaleza.
Desde el momento de la eyaculación, 300 millones de organismos microscópicos se lanzan en una frenética carrera con una orden específica: llegar de primero a las Trompas de Falopio, penetrar en ella, y fecundar un óvulo que está en espera para, al unirse, crear una nueva vida. Sólo el mejor llegará, el mejor entre 300 millones. Fue nuestro primer reto en la vida: estamos aquí porque dejamos atrás a 299.999, es decir, fuimos el mejor, aunque una que otra vez se produzca un empate o un triple o cuádruple o más , y nazcamos varios hermanos en un solo parto. Por otro lado, la madre desde el momento de su desarrollo, ha estado expulsando un óvulo cada mes, hasta conseguir que uno de ellos sea fecundado.
Desde ese mismo instante, comienza un proceso donde cada átomo, cada molécula entre billones tiene una función específica: la de crear una nueva vida dentro del vientre de la madre.
Cada gen de ese cuerpo que comienza a formarse lleva dentro de sí un código, diferente en cada persona, con una orden: formar un corazón, unos pulmones, un hígado, huesos, arterias, venas, brazos, piernas, y todos los órganos necesarios para una nueva vida, un nuevo ser. Cada molécula cumple su objetivo a la perfección durante 9 meses, hasta el instante de la concepción. Para que ello sea posible, el cuerpo e la madre se ha adaptado para que el nuevo ser pase a través de los órganos genitales de la madre y ese nuevo ser salga a la luz a formar parte de los millones que ya antes habíamos pasado por el mismo proceso y habitamos este mundo.
Narrar esto solo nos da una leve idea de todos los acontecimientos milagrosos que han tenido que suceder dentro de nuestro cuerpo durante los 9 meses que hemos permanecido en el vientre de nuestra madre.
Dentro de nuestro cerebro, otra obra maestra, hay una maraña de neuronas trabajando sin descanso y son las que nos dicen qué tenemos que hacer y decir, qué decisiones debemos tomar, qué nos gusta o no, quien va a ser más inteligente o más fuerte, es decir, es quien ordena a los demás órganos de nuestro cuerpo a cumplir su trabajo.
Todo funciona a la perfección mientras no suceda algo que altere dicho mecanismo y nos ponga en peligro.
Estamos rodeados de enemigos microscópicos llamados bacterias, pero también nuestro cuerpo está preparado en caso de ser atacados, y da una señal de alarma. Es cuando nos sentimos mal y nuestra temperatura aumenta.
La fiebre es un síntoma de que algo anda mal y hemos sido invadidos por bacterias y seres extraños llamados virus. Dentro de nuestro sistema circulatorio hay un ejército de glóbulos llamados leucocitos que inmediatamente entran en acción y atacan y destruyen al invasor: es nuestro sistema inmunológico y lo que produce la fiebre. Cuando el invasor supera en número a los leucocitos o glóbulos blancos hay que hacer algo de inmediato para evitar males mayores y para eso el hombre ha tenido que inventar armas para combatir a los intrusos y nacieron los antibióticos, las vacunas preventivas y otros tipos e medicinas y debemos acudir al médico y a las farmacias, naciendo paralelamente la comercialización de las enfermedades.
Hay otro proceso que comienza desde el momento en que nacemos: el envejecimiento. Aunque sucede por etapas, es irreversible: la niñez, la adolescencia, la pubertad, la juventud, la madurez, la menopausia y de allí el proceso de decadencia y pérdida de facultades que nos llevan a la llamada tercera edad o vejez, hasta la muerte. Durante este proceso, nuestro organismo, va cambiando de aspecto lenta y progresivamente hasta el final, que puede producirse en formas natural en el transcurso de la vida, o en cualquier instante, ya sea por accidente o enfermedad.
El hombre sabe poco sobre el origen de la vida y el origen del universo. Los científicos nos hablan de evolución y del Big Bang La evolución es más comprobable, pero el origen del universo aún es un misterio y el Big Bang es solo teoría, una teoría nacida a falta de algo mejor. Nada sabemos qué hubo antes de nacer el Universo, o siempre existió. Nada sabemos de ese gran vacío donde billones e billones de galaxias y estrellas se expanden hasta el infinito y nadie nos sabe explicar qué es el infinito.
- Pero nadie puede decir: NO CREO. Es imposible no creer.
Es obligatorio creer. No creer es ignorancia y si creemos también somos ignorantes porque nuestra mente fue diseñada para comprender solo una infinitesimal parte de un todo, de ese todo creado por un poder fuera de todo alcance. Para algunas religiones ese poder se llama Dios, para otras Alá, o Jehová. Es un poder con muchos nombres: uno por cada religión, o tribu, o cofradía, pero lo que sea o como se llame, es la necesidad del hombre en creer en algo, porque nada nace de la nada.
Por: Guillermo Sáez Álvarez,
10 de noviembre de 2012.
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