una undistria que atenta contra tí...
Los refrescos envasados son bebidas sin valor nutritivo, excepto el azúcar que puedan contener, generalmente carbónicas (con burbujas) y cuyos ingredientes son de origen artificial.
Por: Guillermo Sáez Álvarez
El consumo de refrescos está íntimamente ligado a la diabetes y la obesidad, sin descartar enfermedades del corazón. Esta información está comprobada por encuestas efectuadas por AMERICAN JOURNAL OF NUTRITION de Estados Unidos de Norteamérica, que revelaron, sin lugar a dudas, que aquellas personas que consumen más de un refresco al día, están más expuestas a accidentes cardiovasculares.
Es común ver en los expendios, a niños comprando botellones de 2 litros, es decir, con un contenido de 8 vasos con un equivalente, haciendo un cálculo bastante conservador de 56 cucharaditas de azúcar (a 7 cucharaditas por vaso).
Es una costumbre bastante arraigada entre familias que acompañan sus comidas con un vaso de refresco. Podemos presumir que el niño no está consciente del daño que se hace, pero sus padres sí lo saben, pero lo ignoran o bien por ignorancia, o por la costumbre que existe en gran parte de la población de desconocer este tipo de advertencia, y prefieren creer que se hace con la intención de perjudicar a las empresas fabricantes y sencillamente “no le paran”.
Las “pobres” empresas, que venden el producto y gastan millones en publicidad por todos los medios disponibles, son gigantescas transnacionales a quienes no les importa la salud del pueblo. La marca del refresco es lo de menos, ya que todos producen igual daño. De acuerdo a una publicación médica, los hombres consumen en refrescos 178 calorías por día, y las mujeres 103.
El azúcar se digiere rápidamente a través de la orina, pero las grandes dosis de fructosa, provenientes de la sacarosa o el jarabe de maíz de alta fructosa, al convertirse en grasa a causa del metabolismo, producen colesterol malo y triglicéridos, a la larga dañinos a la salud y dado que su daño es lento, pero continuo, es casi imperceptible hasta que comienzan a verse niños y adultos obesos y aumento de casos de diabetes en la población.
Ese saborcito especial que se nota en algunos refrescos, algo así como un picantico, se debe a agregados que al mismo tiempo que disimulan el sabor dulce, produce adicción, que aunque no tanto como los licores y la cerveza, es el anzuelo que a la larga hará de usted, amigo lector, un posible diabético o una persona propensa a enfermarse del corazón o con altos contenidos de colesterol y triglicéridos en la sangre.
Y por último, un consejo a los padres: acostumbre a sus hijos a tomar jugos de frutas naturales que en nuestro país las hay para todos los gustos: lechosa, piña, guayaba, cambur, patilla, naranja, mango y otras, todas ricas en vitaminas A, B y C.
- ¡¡¡AHHH!!!…y el sabroso papelón con limón.
Por: Guillermo Sáez Álvarez.
Nota: algunos datos tomados de Revistas Médicas.
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