AÑOS 1940-45

La Plaza Bolívar y sus alrededores.

Las retretas. Gradillas a Sociedad, Pasaje Ramella, Cine Capitolio, Los vendedores de libros, Pablote.

ESQUINAS DE GRADILLAS A SAN JACÍNTO

Por: Guillermo Sáez Álvarez

La Plaza Bolívar era por esos años, el centro de reunión de los caraqueños. Damas y caballeros se reunían para sus tertulias en sillas que alquilaban por solo un bolívar. Mientras tanto, los niños jugaban alrededor de los jardines sin ningún temor, mientras esperaban el comienzo de la popular retreta, bajo la batuta de Pedro Elías Gutiérrez.

Había cuatro esquinas emblemáticas: al noreste, las esquinas de La Torre y la Catedral de Caracas. Al sureste la famosa esquina de Las Gradillas, donde los caballeros hacían gala de su ingenio para piropear a las damas que iban de compras hacia las esquina de Sociedad; y más al sur, hacia el pasaje Ramella. De Gradillas a Sociedad estaban la pastelería Tricás y sus sabrosos helados y golosinas. Más abajito la camisería Barquín donde los caballeros elegantes encargaban sus camisas a la medida.  También había dos tiendas que por navidad eran el centro principal donde supuestamente se surtía el Niño Jesús; eran La Mina y La Casa Belga, ambas dedicadas a la venta de regalos importados.

RETRETA EN LA PLAZA BOLÍVAR

El pasaje Ramella, de Gradillas a San Jacinto era diferente, pues su principal atractivo eran las tiendas donde se expendía  ropa para damas siendo una de las más populares, que yo recuerde, El Gallo de Oro, casi diagonal al Mercado de San Jacinto. El pasaje Ramella debe su nombre a que era totalmente techado.

Subamos de nuevo hacia la Plaza Bolívar y vayamos hacia el oeste, de Monjas a Padre Sierra,  frente al Capitolio Federal, sede del Congreso de aquella época. No hacía mucho tiempo se había inaugurado el cine Cápitol. Se trataba de un cine distinguido por su confort.  Los días domingo, muy temprano, se veía abarrotado de chiquillos que iban a la función de matinal…si, matinal, pues la primera función comenzaba a las 9 AM y  los niños “madrugaban” para no perdérsela.  Por aquellos tiempos, los domingos había 6 funciones a saber: matinal a las 9am. Vermut a las 11 AM, Matinée a las 3 PM, Vespertina a las 5 PM, Intermediaria a las  7 PM y Noche a las 9 PM.

Si mal no recuerdo, casi llegando a la  esquina de Padre Sierra,  había una estación de Trolebuses. Se trataba autobuses eléctricos y de neumáticos que reemplazaron durante un tiempo a los tranvías.

Momentos antes subiendo un poco, pasamos por el cine Rialto y El Ministerio de Relaciones Exteriores (cancillería) hasta el cine Principal (hoy restaurado) y que recordamos no solo por haber precenciado muchas películas, sino porque allí debutó Carlos Gardel a su llegada a Caracas.

En la esquina de Las Monjas nos detenemos en el Edificio La Francia, que se hizo famoso por la venta de prendas de oro. Hoy en día ya no existe.

Pasamos de nuevo por El Capitolio Federal, vía Padre Sierra, pues de allí, toda la calle  hasta la esquina de Las Monjas, pueden  conseguirse decenas de vendedores de libros usados, desde La Biblia, hasta El Decamerón, pasando por Don Quijote de la Mancha, hasta cualquier novela de Rómulo Gallegos, Uslar Pietri, Jardiel Poncela o novelitas de bolsillo del FBI, de vaqueros o Doc Savage….y por supuesto: mucha gente jurungando.

Y frente a ellos, dos cines que aún existen, donde exhibían las famosas series, o películas  por  capítulos, donde tenías que ir cada día a ver la continuación, por ejemplo de Fu-Man.Chú, pues te dejaban en suspenso en la parte más emocionante.  Y  para continuar, imposible olvidar las películas de vaqueros, donde Tom Mix, Buck Jones y Tim Mc. Coy eran los héroes.

Y antes de finalizar, no nos olvidemos de Pablote, el gigantesco policía de punto, y que una vez me llevó preso por agarrarme a golpes con un buhonero.

Así era la Caracas de los años 40-45, por la
cual no deja uno de sentir algo de nostalgia.

Por: Guillermo Sáez Álvarez.

Junio 2014.