jueves, 5 de junio de 2014

JOSELO,


o el Génesis en broma...


"... Dios busca no para condenar sino para abrazar. Al igual que la fábula de Adán y Eva, vemos el infierno como un recurso literario. El infierno no es más que una metáfora del alma aislada, que al igual que todas las almas en última instancia, están unidos en amor con Dios.“
                                                              -Papa Francisco-




Cuento por:
Guillermo Sáez Alvarez

Dios tenía tiempo sin reírse: imagínense, con tantas vainas en la tierra: guerras, terremotos, tsunamis, terrorismo, drogas, huracanes: un planeta problema. San Pedro no se daba basto para recibir tanta gente. Por  fortuna, el diablo lo ayudó bastante, y había tantos malos, que tuvo que encargar muchas pailas “made in usa”.

Hasta que llegó Joselo con sus chistes. Lo alojó en una suite especial con televisión y todo.

Dios, a pesar del inmenso trabajo de tener que atender unos cuantos millones de planetas, grandes, medianos y pequeños, con su gran poder, y sus muchos ayudantes: ángeles y arcángeles, decidió tomarse su tiempito aparte para visitar a Joselo y divertirse un poco y escuchando algunas gaitas, de aquellas, que nos hacían divertir tanto. Y con su memoria infinita, lo hacía recordar pasajes de "EL SHOW DE JOSELO"

Cuando hablo de tiempo, es solo un decir, pues en el cielo el tiempo es infinito.

Además, desde tiempos inmemoriales, había muerto tanta gente que le iba a sobrar tiempo para conocer a todos los grandes genios de la humanidad, repartidos en diferentes planetas, privilegio solo reservado a aquellas almas que por su labor en la tierra, de hacer divertir sanamente a millones, se lo habían ganado con creces.

Entre chiste y chiste, Dios aprovechó para hacer algunas críticas.  Sobre todo, la escasez de buenos cómicos y una buena televisión, por supuesto, haciendo la excepción de unos pocos como Charles Chaplin y Cantinflas.

También se quejó de que a causa de las guerras y la violencia, había tenido que aumentar la nómina de ángeles y arcángeles, dada la cantidad de almas que le llegaban a diario, a pesar de la ayuda de aquellas que iban al infierno.

A Dios no le gustaba tratar directamente con Satanás por tratarse de lo peorcito de la oposición, por lo cual designó una comisión de algunos, quines por faltas menores, purgaban sus penas en el purgatorio, a objeto de escuchar las continuas quejas del Demonio que lo tenían  hastiado por la enorme cantidad de almas que le llegaban diariamente, que si por asesinato, terrorismo, etc. y como desde que en el planeta tierra se puso de moda eso de la quinta paila, se vio en la necesidad de numerarlas: Quinta paila I, quinta paila II, quinta paila III, y así  sucesivamente, para poder albergar a tantas almas perversas que se la merecían.

Muchas de esas almas iban a parar a los planetas más cercanos a su respectiva estrella, con temperaturas hasta 1000 grados centígrados para que frieran allí por los siglos de los siglos.

Por cierto, Hitler, Sardanápalo, Nerón, Chapita, Caín, y muchos otros pasan sus siglos en el planeta Mercurio.

En una de tantas conversaciones Dios dijo a Joselo: "Te voy a revelar algo ya que has sido buena gente. Cuando cree el Universo, hice un planeta que ustedes llaman tierra. En un principio el planeta era un paraíso: un hermoso cielo, una naturaleza exuberante y bella, hermosos bosques, un clima templado, caudalosos ríos, hermosas montañas, animales de todo tipo, árboles frutales, tierras fértiles para el cultivo y la alimentación, en fin todo para que fueran felices y vivieran en paz, pero sucedió que fui traicionado por los primeros seres de mi creación.

Adán y Eva me engañaron y tuve que expulsarlos del paraíso. Luego tuvieron hijos: Caín, Abel y Set, y sufrí la segunda traición; Caín mató a Abel. Luego el mundo perfecto que había creado se fue multiplicando y la maldad también.

- ¿Recuerdas a Sodoma y Gomorra?

El mundo creció y creció, los hombres pelearon unos contra otros, crearon armas cada vez más sofisticadas que fueron deteriorando al planeta.

Cuando tú llegaste-dijo dirigiéndose a Joselo- el mundo va directo a su fin. Te confieso que fracasé, pues yo quise un mundo feliz y ustedes lo están destruyendo. Si quieres que haga una confidencia, pues te la haré, pues sé que de aquí no saldrá: tu muerte fue tu salvación. Tus familiares no deben llorarte. Yo haré que se conformen y vuelvan a ser felices.

Ellos no lo saben, pero les queda poco tiempo. Cree al hombre a mi imagen y semejanza y me desilusionaron. Yo soy eterno y el universo es infinito. Lo intentaré de nuevo mil veces, un millón de veces, las veces que sean necesarias para crear al hombre perfecto.

YA TÚ ERES FELIZ.

Por: Guillermo Sáez Alvarez,
el 5 de enero de 2013.


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