lunes, 30 de junio de 2014

LOS AUDIFONOS,

¿dañan la memoria?...


A muchos adolescentes les gusta escuchar música a todo volumen, incluso mientras estudian, una costumbre que ha sido criticada por padres durante generaciones.



Por: Guillermo Sáez Álvarez.

El uso de audífonos, sobre todo entre los jóvenes se ha intensificado últimamente a causa del uso de teléfonos celulares, y es común verlos en transportes públicos y hasta manejando, en este último caso muy peligroso, pues se pierde la concentración que debe mantenerse al conducir un vehículo.

Estudios recientes efectuados en animales de laboratorio han demostrado que los ruidos muy fuertes podrían afectar la memoria.

Aunque no son propiamente los audífonos, sino el uso inadecuado de estos aparaticos, es decir usarlos a mucho volumen, pues su uso moderado los hace completamente inofensivos. Así que lo que sí puede afectar no solo la memoria, sino el oído en sí son los decibeles.

El oído humano está acostumbrado a intensidades de entre 70-80 dB. Ahora bien, el experimento consistió en someter a ratas durante cierto tiempo a ruidos entre 95 y 97 dB (más altos de lo normal, que serían como ya mencioné entre 70 y 80 decibeles) y descubrieron que habían sufrido daño celular en el cerebro. Las alteraciones se produjeron en la zona del hipocampo, una región asociada a la memoria y los procesos de aprendizaje.

Un concierto en una sala puede llegar a 110 decibeles, pero gran parte es absorbido por la amplitud del local sin afectar directamente al oído.

Sin embargo, el uso de mini-tecas en locales pequeños a muy alto volumen, no solo es molesto para el oído, sino para la conversación, factor éste que no han tomado en cuenta quienes utilizan estos servicios, ni los dueños de los mismos. Al menos quien escribe, cuando asiste a una fiesta en estas condiciones, trata de alejarse lo más posible dela gigantescas cornetas, si no me es posible salir al aire libre.

Así que es un buen consejo para los jóvenes y los no tan jóvenes evitar los ruidos demasiado fuertes, según aconsejan científicos de la Facultad de Medicina de la UBA.

La fuente de la cual tomé gran parte de estos datos agrega, que en menores de edad, una exposición única a ruidos demasiado fuertes, puede resultar más dañina que una exposición prolongada, y lo atribuyen a que aún su “plasticidad neuronal” no está completamente desarrollada.

Por: Guillermo Sáez Álvarez
FUENTE PARCIAL:



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